Gallos derrotó al superlíder y está en Semifinales


Se acabó el sueño del Guadalajara, no pudo concretar la obra. Estuvo tan cerca y tan lejos de conseguir el pase a las Semifinales, pero en el camino se interpuso la maldición del superlíder, esa que no permite al equipo que llega, como cada torneo, con el calificativo de “favorito” a imponer sus condiciones, a pesar de tener muchos factores a favor. Guadalajara fue incapaz de anotar y padeció de lo primero que combatió y evitó a costa de cualquier cosa: se desesperó al no encontrar el arco contrario. El empate a cero fue carcomiendo la ilusión, las esperanzas y lo cambió todo por desesperación, sufrimiento, miradas al cielo y cabellos mecidos, ante los constantes errores de la ofensiva rojiblanca. Chivas fue medido con la misma vara que midió a Tigres en el torneo anterior. Se encargó de despachar al superlíder en el “Volcán”, pero esa historia parece lejana, pues en aquel entonces se mostraba como un equipo con más empaque, más conjuntado, con más volumen de futbol y sobre todo sin tanta dependencia de Marco Fabián. Chivas quedó eliminado frente a Gallos Blancos en su propia casa, maniatado, sin poder responder a lo que el equipo de José Saturnino Cardozo le planteó, y que todo mundo sabía como se escribiría esta historia, pero sólo faltaba conocer el desenlace. En 180 minutos, el “Rebaño Sagrado” fue capaz de hacer únicamente un gol y con ese no fue suficiente para meterse en la siguiente ronda. Pagó caros sus errores en el primer encuentro y se fue con la cabeza gacha del torneo. La estrategia de la sorpresa es una de las especialidades de Fernando Quirarte, pero en esta ocasión, ocultar a Marco Fabián durante toda una semana, de poco le sirvió, pues a pesar de que el jugador más esperado llegó en condiciones de arrancar el encuentro, poco aportó ofensivamente. Chivas tuvo seis jugadas claras para poder haberle arrebatado el boleto a las Semifinales a los queretanos y nunca encontró la combinación adecuada al candado de Cardozo. Héctor Reynoso tuvo dos opciones clara de cabeza, pero Liborio Sánchez intervino para rescatar a su equipo, convirtiéndose en pieza clave para la clasificación de los Gallos. Las jugadas donde de cabeza aparecieron los rojiblancos, fue donde más peligro tuvieron al ataque. Mario de Luna también tuvo dos oportunidades en pelota parada, pero no logró capitalizarlas. Chivas jugó mejor en la primera parte, pero no logró capitalizar la ventaja que generaba en el encuentro y así transcurrió el encuentro. En tanto, Querétaro jugó a lo suyo: mantener la ventaja y esperar a Guadalajara, que al final del día era el más desesperado y el obligado también. El segundo tiempo, Guadalajara lo arrancó a tambor batiente, pues siguió generando jugadas a la ofensiva, pero nunca logró marcar. Conforme avanzaron los minutos, Fernando Quirarte comenzó a desesperarse y realizó modificaciones que evidenciaban que, no por muchos atacantes que se tuvieran, se lograría el objetivo. Erick Torres y Antonio Salazar, quien ingresó en la parte complementaria, tuvieron situaciones vitales, pero el “Cubo” desperdició con su disparo por arriba, mientras que Liborio Sánchez salvó en el intento del “Hulk”. Se acabó el sueño, terminó la ilusión, nuevamente el superlíder pagó cara la osadía de haber sido el mejor del torneo, en algo que, en el papel parece una ventaja, pero casi siempre termina siendo un conjuro en contra.

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